FACEBOOK + SUJETOS POLÍTICOS = EXCELENTE HERRAMIENTA PEDAGÓGICA
- JONE BILBAO
- 22 may 2017
- 13 Min. de lectura

Muchxs os preguntaréis… ¿Facebook, política y pedagogía revueltas en un mismo saco? ¡Qué barbaridad! ¿A qué clase de perturbadx se le ocurriría mezclar redes sociales con educación? ¿Desde cuándo un espacio en donde se reproducen tantas falacias y superficialidades puede servir para educar? Pues permitidme que os cuente que hasta me atrevo a afirmar que una red social como Facebook podría suplantar perfectamente el desfasado libro de texto sin que ello supusiera una terrible catástrofe para la humanidad. No os preocupéis. No se trata de que lxs estudiantes, en lugar de estudiar a Platón o a Nietzsche, o el “descubrimiento” de América, de memoria, claro (y olvidarse de todo al de dos semanas o menos), o de retener todas las fórmulas trigonométricas en su joven disco duro interno, acaben publicando comentarios banales en forma de reflexiones filosóficas acompañados de fotografías donde se exponen semi-desnudos para cultivar sus egos; aunque, incluso eso podría ser más útil para el crecimiento personal de lxs individuxs que los contenidos cerrados, estancados, fragmentados, desfasados y descontextualizados con los que unx se encuentra al abrir un libro de texto.
¿Alguna vez os habéis preguntado quién decide los contenidos que abarcan aquellos libros de texto que nos tuvimos que estudiar “de pe a pa” en la escuela para poder pasar de curso? O, ¿desde cuándo existen y cuánto han evolucionado desde entonces hasta hoy día? ¿Puede que sean algo más que una mera herramienta curricular? ¿Qué sentido tiene seguir sosteniendo el proceso educativo en una herramienta que se encuentra totalmente fuera de contexto en la actual sociedad de la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación? ¿Qué hay de los intereses económicos que puede haber tras la perpetuación del uso sistemático de esta herramienta?
Seguro que la lectura ¿De qué hablamos cuando hablamos de los libros de texto? de Jaume Martínez Bonafé os puede ayudar a reflexionar en torno a estas cuestiones.
El tema es que resulta importante que vayamos un poco más allá y nos pongamos a pensar en los libros de texto como una especie de “catequesis” de la pedagogía escolástica, que reproduce un discurso y un contenido que concreta una determinada estructura curricular y una determinada teoría cultural. ¿Cuál es el currículum hegemónico que queda resumido en las unidades didácticas de estos libros de texto y en los que se basan nuestros actuales sistemas educativos “públicos” controlados por los estados? Se trata de un currículum que predetermina y compartimenta el conocimiento siguiendo el modelo de “educación bancaria” descrita por Paulo Freire en su obra “Pedagogía del oprimido”. Un dispositivo cultural-educacional basado en un modelo dual que oferta diferentes cantidades y cualidades de conocimientos, que jerarquiza el conocimiento de forma que los saberes más racionales, cuadriculados, exactos e incuestionables se sobrevaloran, mientras que se infravaloran y/o se ignoran otras inteligencias y otros conocimientos como lo artístico, filosófico, emocional… digamos, aquel conocimiento que puede llevar a las personas a comenzar a cuestionar, a trabajar la creatividad, a ir más allá de los límites… aquello que justamente se necesitaría para el desarrollo de sujetos políticos formados para una vida desde la emancipación. De esa forma, la educación logra reproducir la jerarquización de la sociedad, permitiendo la perpetuación de un modelo social basado en la inequidad.

Por tanto, podríamos considerar el currículo una herramienta que sirve al sistema capitalista hegemónico para alienar tanto a lxs docentes como a lxs estudiantes, de forma que despoja a lxs primerxs de su libertad, autonomía y capacidad creativa y reflexiva para generar procesos de aprendizaje transformador y emancipador, al tiempo que convierte a lxs segundos en una especie de archivador que se limita a recibir y guardar, sin cuestionamiento alguno, los conocimientos predeterminados en la biblia del capital (el libro de texto), que son predicados en forma de verdades absolutas por los pastores obedientes del sistema hegemónico (lx profesorxs despojadxs de su condición de sujeto político).
Pero, ¿cuál es la estrategia que se esconde tras tal parálisis, fragmentación y jerarquización del conocimiento? ¿Qué es lo que la hace posible y, al mismo tiempo, qué es aquello que se perpetúa gracias a la misma? Se trata de la desconexión total del conocimiento con la vida de las personas. Si el currículum concibiese la educación y el conocimiento como un recurso necesario para la vida, como herramienta que preparara a las personas para afrontar las experiencias vitales en sociedad en clave de justicia y equidad, jamás podría compartimentar y jerarquizar el conocimiento de esa manera, ya que se evidenciaría el sinsentido de hacerlo, teniendo en cuenta la complejidad de la realidad, de la sociedad, de la vida, donde todo está interrelacionado, nada es estático, todo se transforma, donde una nueva experiencia, una nueva voz, puede desmoronar lo que un segundo atrás nos pareció incuestionable. Y, claro, si no se forzara y naturalizara esa fragmentación y estancamiento del conocimiento por parte del currículum, no sería tan fácil desconectar a las personas de la realidad, ya que, a mi parecer, lo más lógico sería que, por naturaleza, nos dejásemos llevar por la inercia de la lógica. Estoy convencida de que en un proceso natural de aprendizaje, en plena libertad, iríamos generando conocimiento justamente a la reversa; es decir, mediante la vivencia de experiencias, mediante la reflexión en torno a las mismas, iríamos generando un conocimiento holístico en el que necesariamente se necesita la combinación de todo tipo de disciplinas. Y es que, tal y como dice nuestro lúcido profesor Jaume, “no hay conocimiento que valga si no se entraña en la experiencia personal”.
Es justamente esto que acabo de explicar lo que ha hecho que la educación haya perdido su sentido en nuestras sociedades. Lo que hace que la raza humana vaya totalmente en contra de lo que le dice su sentido más instintivo, debido a que, justamente, esa pseudoeducación bancaria ha hecho que lo pierda por completo. Esa educación, que ignora la vida de las personas, cómo las personas se relacionan con la realidad y cómo la interpretan, ha dejado de ser un derecho (si es que alguna vez lo ha sido de verdad). En lugar de gestionarse bajo el fin de servir como instrumento para garantizar que las personas crezcan como seres humanos y desarrollen la capacidad para interpretar críticamente la experiencia vital y actuar con determinación, rebeldía y creatividad ante ella para reajustarla, más bien, asume un carácter de servicio, basado en la teoría-fetiche del capital humano que coloca en el centro a la economía y produce riqueza porque capitaliza a lxs ciudadanxs en el mercado gracias a su oferta de conocimientos que tienen un valor de cambio. Y, he aquí donde encuentra su lugar mi propuesta de hacer de una red social como Facebook un instrumento pedagógico; donde esta perlita creada (no demasiado inocentemente) por la mente prodigiosa de Zuckerberg deja de ser un mero objeto de entretenimiento, consumo e incluso de manipulación y alienación, para tornarse una herramienta que pueda dar pie a la dialéctica inter y multidisciplinar. Ese diálogo, que es la principal metodología que proponía Freire para posibilitar una educación liberadora y crítica, ese debate colectivo que integre el más amplio, diverso e inclusivo surtido de voces, es imprescindible para reconstruir una educación que pueda promover una comprensión compleja de la realidad, convirtiendo el espacio educativo en un laboratorio de la realidad social, una simulación en miniatura del espacio público con el que nos vamos a encontrar en la calle, que nos prepare, nos arme de valores y de capacidad para poder salir ahí afuera y construir conjuntamente una sociedad basada en justicia y equidad. Claro, ahora que vamos recuperando la conexión con la realidad… vemos que no sólo la escuela nos educa. Por eso esa falta de conexión de la que hablábamos, del currículum con la vida real, me preocupa no sólo por el hecho de que no nos prepare para afrontar nuestras vidas reales con autonomía, valores y capacidades sociales, sino también porque nos lleva a ignorar que ahí afuera existen muchas “escuelas”, muchos espacios de subjetivación, donde recibimos todo tipo de estímulos e información que provienen de la pedagogía del capitalismo y que, por tanto, también, de una forma u otra, nos educan, sin que nosotrxs seamos del todo conscientes. Y, claro, cómo no, Facebook es uno de ellxs. Facebook es muchas cosas. Facebook es un instrumento de subjetivación, es una herramienta de ejercicio de poder por parte de las élites, es una recreación virtual de nuestro mundo, de nuestra realidad, de nuestras vidas… Y, por ello, resulta excelente como herramienta de análisis en un debate de educación, pero educación de la buena, de esa que nos lleva a la reflexión y a la detección de injusticias, de opresiones… y a comenzar a pensar en clave constructiva, rebelde, de resistencia, creativa, utópica… esa que nos lleva a adentrarnos y avanzar en ese camino sin fin que es ser sujeto político.

Como sujetos políticos armados de valor y determinación por transformar nuestra educación y nuestro futuro, podemos utilizar Facebook, esa representación de nuestro mundo en miniatura, para detectar las opresiones, tensiones, influencias y conflictos ocultos en la versión real, tridimensional de la realidad. Es como cuando subes a la cumbre de la montaña más alta de las proximidades y te das cuenta de que tu ciudad parece otra desde ahí arriba, tan grande, tan compleja, con tantos callejones, colores, barrios interconectados, con tantas cosas bonitas pero también feas que desde dentro, desde cerca, no alcanzas a ver. Facebook podría llevarnos a esa cumbre para comenzar a ver, a interpretar nuestra realidad, nuestro mundo, nuestras relaciones, preocupaciones, opiniones, conflictos, reacciones, emociones… todos ellos revueltos, como no podríamos hacerlo de otra forma. ¿No os dais cuenta? Ahí se plasma todo. Ahí podemos ver quiénes somos realmente, también quienes quedan fuera, quienes dentro, quienes se escuchan, quienes se desprecian, quienes se censuran, quienes se comparten, qué se quiere escuchar, qué no, cómo se quiere ver, cómo no, cómo queremos que nos vean, cómo no, cómo nos tratamos, cómo mostramos nuestro amor, cómo nuestro odio, cómo reaccionamos, cómo nos emocionamos, cómo agradecemos, cómo conversamos, cómo escuchamos, o si realmente escuchamos, y un larguísimo etcétera. ¡Hagamos un experimento! Entremos a nuestro perfil de Facebook. Bueno, o mejor os traigo yo un pedacito de Facebook a este espacio, porque entiendo que no todo el mundo tiene por qué tener una cuenta en Facebook y se trata de crear espacios inclusivos… Además, ¡no importa que no tengas Facebook! De igual forma, como el resto de los seres humanos, no eres inmune a las influencias que en ella se reflejan.
¿Qué os parece este vídeo? Refleja una colisión, un conflicto que genera una profunda división en la sociedad y que tiene total vigencia e impacto en nuestra actualidad. Muestra el rechazo de una mujer hacia el feminismo, acusándolo de ser un movimiento que busca privilegio y supremacía en lugar de igualdad. Podemos ver, por tanto, que la división que se genera en la sociedad en cuanto a este tema, es decir, la postura de las personas hacia el feminismo, no se basa en el género de las personas. ¿Cuál o cuáles pueden ser los factores que llevan a una persona, independientemente de su género, a defender la causa feminista o a criticarla, incluso, detestarla y boicotearla? ¿Qué es lo que puede llevar a una mujer a desaprobar el feminismo?
La chica del vídeo nos lanza la siguiente pregunta: si el feminismo busca igualdad, ¿por qué no vemos una representación igualitaria de los problemas de ambos géneros? Habla de feministas que ignoran los beneficios que las mujeres tienen sobre los hombres en ciertas situaciones… Bien, pensemos en esos beneficios y tratemos de buscar el origen de los mismos. Pensemos también si son realmente privilegios o no, porque a menudo pueden ocurrir cosas como estas (algo que vemos muy a menudo en nuestras vidas reales y, esto también, se ha reflejado en las redes sociales):

Ella también habla de las masivas violaciones que sufren muchos hombres en las cárceles de los EEUU, queriendo recalcar que son más hombres que mujeres víctimas de violaciones en los EEUU… ¿Pero acaso pregunta de qué sexo son las personas que cometen tales violaciones contra estos hombres en las cárceles? Lo mismo nos podemos preguntar cuando dice que casi la mitad de las víctimas de abuso doméstico en EEUU y Canadá son hombres. Y, claro, también nos podríamos preguntar, si casi la mitad son hombres, de qué género es esa otra “más de la mitad”. Esto nos puede llevar a pensar que, tal vez, más que centrarnos en quién es la víctima y en analizar exclusivamente esta parte de la realidad, debemos pensar en quién es el opresor, el violador, el asesino… y qué le lleva a actuar como lo hace. Y, también, no siendo siempre las víctimas las mujeres, sino también, como ella lo dice, hombres, tal vez debamos ir más allá y pensar cuáles pueden ser otros factores que además del género, (tal vez la etnia, la condición socio-económica, la orientación sexual, la edad, la condición cognitiva, la apariencia física, etc.), forman también parte de este conflicto, qué relación puedan tener los mismos con el factor género, y qué pueden tener en común todas las víctimas entre ellas y todxs lxs opresorxs entre ellxs. Tal reflexión nos puede llevar a una conexión de todo esto de lo que estamos hablando con el patriarcado, hacia un análisis integral del patriarcado. Se trata de hacer un profundo estudio de las relaciones de poder y sistemas de dominación que alcanzan cualquier ámbito de nuestras vidas, Facebook incluido, para averiguar la relación que pueda tener el conflicto concreto que estamos analizando con las mismas. Y, claro está, si analizamos las reacciones de la comunidad Facebook ante dicho vídeo, los comentarios de las personas, los argumentos esgrimidos en los mismos, las connotaciones que puedan contener las palabras empleadas… tal vez averiguemos que todo ello puede ser reflejo de tales relaciones de dominación.
En mi caso, reconozco que no pude evitar compartir la siguiente cita de la feminista comunitaria Lorena Cabnal, integrante de la Asociación de Mujeres Indígenas de Santa María Xalapán Jalapa (AMISMAXAJ), nada más este video cayó en mis manos:
"El patriarcado es el sistema de todas las opresiones, todas las explotaciones, todas las violencias y discriminaciones que vive toda la humanidad (mujeres, hombres y personas intersexuales) y la naturaleza, como un sistema históricamente construido sobre el cuerpo sexuado de las mujeres".
Nos tenemos que preguntar cuál es la reacción mayoritaria ante los contenidos que se comparten, cuál la minoritaria, y, por supuesto, cuáles son los argumentos que cada parte esgrime. También es interesante y necesario analizar quién es la persona que está compartiendo o creando cada contenido, cuál es el contexto de esa persona, su background (podemos hacerlo yendo a su muro y viendo sus publicaciones anteriores, las opiniones que suele mostrar en otro tipo de temáticas, etc.). Sin embargo, este proceso sería incompleto o incluso contraproducente si no nos preguntáramos por nuestra reacción, si no analizáramos el porqué de nuestro punto de vista y si no escucháramos las posiciones de las demás personas y sus reacciones y críticas hacia nuestro punto de vista.
La autocrítica, la humildad y la empatía son otro tipo de conocimientos olvidados por el actual currículo hegemónico que, sin embargo, son clave en un proceso educativo que nos ayude a desarrollarnos como sujetos políticos. Es la condición que nos permite estar abiertos a la crítica, a la escucha activa, al respeto y valoración de las ideas de las demás personas, considerando a las mismas desde la horizontalidad y haciendo posible, de esta forma, que las reflexiones sobre los conflictos con los que nos encontramos en nuestro día a día, como la que acabo de tratar de provocar yo mediante esta entrada, se hagan en un espacio realmente público, basado en la relación sujeto-sujeto, en un espacio diverso e inclusivo. De hecho, no hay sujeto individual sin el colectivo. Una persona, individualmente, jamás será capaz de seguir avanzando en el camino de la lucidez y la rebeldía de generar contra-hegemonías. Para que ocurra tal fusión de pensamiento crítico y creatividad, necesitamos que la persona comience a darse cuenta de que otras personas también ven las sujeciones “ocultas”, las opresiones, o los conflictos que se hallan más o menos encubiertos o naturalizados en sus vidas, y así, empiece a creer en sus propias percepciones. Además, algunas personas, a lo mejor, alcanzan a detectar algunas sujeciones que otras no, y viceversa, o las ven de una forma distinta, y no es hasta que todo ello se pone en común y se comienza a generar el diálogo, que se abren las puertas hacia un posible proceso de deconstrucción, de replanteamiento, de creación de alternativas… realmente inclusivo (que va más allá de las propias percepciones e intereses) y eficaz (con suficiente fuerza y poder como para poder llegar a demoler cimientos hegemónicos hasta el momento indestructibles). Gracias a los procesos colectivos, cada individuo experimenta un proceso de aprendizaje y desarrollo como sujeto de transformación, y sin ella no es capaz de captar la realidad desde un punto de vista realmente crítico y holístico, lograr generar un conocimiento más real, cercano y útil, lo cual es esencial para poder formarnos como una sociedad compuesta por sujetos políticos capaces de reconstruir una realidad emancipadora, justa e inclusiva para todos los seres humanos y el resto de los seres vivos del planeta.
Así, como lo he intentado reflejar mediante esta entrada, es cómo me imagino yo una posible sesión educativa alternativa y emancipadora. Seguro que Facebook es una entre los millones de instrumentos que podemos utilizar para abrir el debate y la reflexión que necesitamos llevar a cabo para recuperar la lógica y la razón de ser de la educación. Un debate que estaría muy bien que naciera desde Facebook y se desarrollara en cualquier otro ámbito (educación formal, no formal o informal), pero también en el mismo Facebook, aprovechando la oportunidad que esta herramienta nos concede para alcanzar todo tipo de públicos y generar debates de lo más variopinto, pero también para impulsar un proceso de lucidez en lxs usuarixs de esta red social y comiencen a darle un uso más crítico y político. Se trata de recuperar esa educación que nos lleva a despertar de nuestro estado de alienación para alcanzar la cima y desde allí, tratar de resolver, entre todxs, la difícil ecuación que es la vida. Ese debate en la cima de la montaña no puede faltar en un proceso educativo, y debe ser inclusivo y diverso, por lo que, los valores éticos que integran la equidad, la justicia, la empatía y la libertad no pueden faltar en él.

Hoy os he invitado a reflexionar y a debatir en torno a uno de los conflictos con los que me encuentro demasiado a menudo en la mini-versión virtual de nuestro mundo que es Facebook, que con tanta urgencia debemos resolver: el del patriarcado. Pero, mi invitación quiere ir más allá: ¿qué tal si tratamos de prestar atención a cada conflicto, cada opresión, cada injusticia o incluso cada evento aparentemente natural que nos chirríe un poco, tanto en Facebook como en otros espacios? ¿Qué tal si después trascendemos todxs juntxs hacia esas cumbres que nos permiten comenzar a ver nuestra ciudad, nuestra realidad, nuestro mundo, más completo, más real, más lúcido, para poder analizar dichos eventos replanteándolo todo, resetear nuestras mentes y emprender nuestro camino hacia la conquista de las estrellas de la verdad? Se trata de caminar hacia arriba, hacia el cielo, con determinación pero a sabiendas de que no somos dueñxs de las estrellas de la verdad que brillan en lo más alto; que nunca podremos alcanzarlas, que nunca podremos tener la verdad absoluta ni la solución ideal en nuestras manos, pero siendo conscientes de que nuestras ideas pueden ser como esas estrellas, que a pesar de que no las podamos poseer, podemos leerlas, podemos reflexionar con ellas, podemos interpretarlas y, sobre todo, podemos crear conexiones entre ellas, observar los variados dibujos y constelaciones que se generan cuando convergen, y fijarnos que cada día aparece una nueva, que nos guía en un camino de reflexiones y transformaciones que no tienen un final.
Esta entrada busca profundizar en el DECÁLOGO DE LA PEDAGOGÍA CRÍTICA, construido de forma colaborativa dentro de la Asignatura Didáctica Crítica, del Máster de Cooperación Internacional y Educación Emancipadora de Hegoa. 2017. Impartida por Gloria Sosa (Colectivo Cala) y Jaume Martínez Bonafé.

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